viernes, 12 de diciembre de 2014

Fuiste tan efímero como ese último cigarro

Como cada mañana, ahí estaba yo, mirando la puerta de aquella cafetería desde el banco de enfrente. En silencio. Acompañada tan solo con un par de pensamientos. Pero aquella mañana era demasiado fría incluso para alguien como yo, que ya hacía mucho tiempo que había dejado de sentir. Así que casi sin pensarlo, me levanté y fui directa. De forma mecánica, casi como un instinto, como si por algún extraño motivo necesitara ir allí. Y a la que quise reaccionar ya era demasiado tarde.
Una vez dentro, me dejé caer en la mesa del fondo, la de la ventana, la de siempre, la nuestra.
Y ahí estaba yo, con los ojos bien abiertos, mirando por la ventana, mirando la nada y agarrándome a esa estúpida esperanza que te queda cuando ya lo has perdido todo, soplé. Soplé sobre el cristal. Dejé que se empañara con la absurda esperanza de que apareciera un corazón dibujado. Tonta, tonta, tonta. Y como si pudiera volver a vivir aquel momento, como si casi pudiera volver a tocarte, recordé como aquel día te sentaste en mi mesa, como me miraste a los ojos y me preguntaste si creía en el destino. "¡Menuda estupidez!", pensé. La típica tontería que sueltan los chicos para ligar. Entonces dibujaste un corazón con tu dedo en la ventana. Dijiste que tarde o temprano me daría cuenta yo también. Que no tenías prisa y que cada mañana vendrías a decorar el vaho de la ventana, que cada mañana vendrías a decirme lo preciosa que estaba y que cada día me darías un pedacito de ti hasta que me enamorara loca y perdidamente de ti. ¡Qué estupidez! ¡Qué disparate! Acepté encantada porque sabía que nadie con una excusa tan tonta podría enredarme y tu sonreías, claro que sonreías. Porque yo entraba en tu juego, porque ya habías estado jugando conmigo mucho antes, pero eso es otra historia... Y así, así me creí cada una de tus historias, así me enamoraste y cuando creía que podía tocar el cielo con la punta de los dedos te esfumaste. Porque fuiste tan efímero como ese último cigarro. Tú que decías que era nuestro destino, dime, que clase de destino cruel permitiría que te escaparas entre mis dedos así, que tu aliento no sea el que caliente el mío, que ya tan solo en mis sueños te pueda ver, ¿acaso hay algo más injusto? Porque nunca te dije lo que realmente sentía por ti, porque ya nunca me podrás decir al oído tus secretos, porque ya nunca me dibujarás ese corazón.

sábado, 5 de julio de 2014

Quédate una noche más.

¿Sabes? Hoy he vuelto a pensar en ti. Pero esta vez ha sido de una forma distinta a lo que acostumbro, casi melancólica se podría decir. Pero lejos de desear que estés una vez más a mi lado he vuelto a recrear nuestra pequeña historia de amor en mi cabeza y créeme, que es la más bonita que jamás he conocido y no, no tiene besos bajo la lluvia y ni siquiera es digna de una película, pero cada beso, cada instante siguen brillando con luz propia. A veces desearía volver a conocerte, volver a ilusionarme con cada una de tus palabras, de tus gestos y que volvieras a incendiar mi mundo, a ponerlo patas arriba, pero hace ya tiempo que firmamos nuestro punto y final. Y te quiero, te quiero más de lo que jamás me atrevería a decir en voz alta pero nuestro pequeño paraíso ya no es más que eso, un lugar digno de recordar. Y aquí estoy, escribiendo todas las palabras que jamás te diré, recopilando todos los "te quiero" que jamás me volverás a decir y buscando desesperadamente a ciegas una nueva voz que me diga "todo va a salir bien pequeña", unos nuevos labios que cuando me besen eclipsen a todos los demás, unos nuevos brazos a los que aferrarme cada noche cuando todo mi mundo parezca que se cae a pedacitos, lo cual, como bien sabes sucede con más frecuencia de la que me gustaría. Quiero poder decir que ya no te necesito, ni a ti ni a tu calor, ni a esos labios que suelen gritarme incluso en el más profundo de los silencios "¡bésame ya!", quiero dejar que las chispas de alguien nuevo vuelvan a incendiar mi mundo, que me consuman, pero aún no puedo, no todavía, así que quédate una noche más, quédate y abrázame, como si aún nos quedara esperanza, como si aún fuera aquella chica del bar.

martes, 3 de junio de 2014

En el amor y en la guerra.

Hoy he aprendido algo que no sale en ninguno de mis libros. Hoy por fin he abierto los ojos y me he permitido reconocer algo que en el fondo ya sabía, pero que me negaba a mi misma: si eres bueno la vida no te lo va a devolver. ¡Es más! Puedes ser quién tu quieras, puedes ser un perfecto mentiroso o incluso manipulador, puedes hacer trampas o apostarlo todo por lo efímero, puedes luchar contra tu destino o puedes simplemente no hacer nada mientras guardas tus aspiraciones en una cajita. Y la persona en la que al final llegaremos a ser ni siquiera va a ser fruto de nuestra propia decisión, ya que seremos el resultado de cada error, de cada desamor.. incluso para los no tan allegados, de cada rumor. Que lo seremos todo para los de siempre y nada más que esa rubia estúpida para los demás. Pero no, no me quejo. Porque después de recoger todos los pedacitos que había ido perdiendo tras cada desilusión, al final decidí quedarme con los 3, o 5 de siempre, que son los que te recogen cuando caes, para decirte lo maravillosa que eres y lo estúpida que has sido.

Ya se sabe, en el amor y en la guerra todo vale, eso sí, asegúrate de elegir bien por quién te vas a dejar la piel y parte del corazón.

jueves, 22 de mayo de 2014

Welcome to the hell



Me arrastraste al infierno y lo hiciste sin ninguna contemplación. Pero lo cierto es, que allí no se está tan mal. Todo ardía, las llamas bailaban a nuestro alrededor y aún así, tú y tu sonrisa os empeñabais en calentar más el ambiente. Tus yemas se paseaban por mi piel, tus mentiras se deslizaban entre tus labios. No te negaré que solía saber cuando me engañabas y a pesar de ello, decidí ignorarlo, decidí dejarme consumir, dejarme arrastrar allí, al templo del pecado, la casa de la mentira, de la lujuria...


"The Name of the Wind" - Patrick Rothfuss

"I wanted to take her hand. I wanted to brush her cheek with my fingertips. I wanted to tell her that she was the first beautiful thing I had seen in three years. That the sight of her yawning to the back of her hand was enought to drive the breath from me. How I sometimes lost the sense of her words in the sweet fluting of her voice. I wanted to say that if she were with me, then somehow, nothing could ever be wrong for me again"

Allí donde acaban tus mentiras y empieza mi perdición.

Ahí, justo ahí estoy yo. Dejándome llevar entre las cenizas de todo lo que fuimos. Que fuiste la llama que encendía cada uno de mis sueños, pero ya se sabe, quien juega con fuego se quema y yo, que sabes que nunca que he sido de medias tintas, dejé que ardiera, casi tanto como aguardiente deslizándose por mi garganta. Que lo único que quiero es gritar, gritar hasta que no me quede aliento, gritar hasta que se quebrante mi voz, diciendo que te quiero. Que no me importan las cicatrices ni todas las heridas que me quedan por lamer, que te quiero a mi lado. Que te deseo, que lo hago aunque duela, incondicionalmente, hasta cuando sé que no debería. Y que incluso cuando discutimos deseo cada centímetro de tu piel incluso más. Que créeme, me esfuerzo por odiarte, de verdad que lo hago, pero ¿qué le voy a hacer si he conocido el sabor de tus labios? Y no, no lo hago por masoca, al menos no del todo, sino porque una vez se ha probado lo prohibido, no importa el precio que tengas que pagar, siempre se quiere más.



Sí, tengo mono de ti.